|
|
Durante más de quinientos años, mis antepasados, tanto por
línea paterna como materna, han vivido mayoritariamente en
términos de Espinama. Ellos, junto con el resto de los vecinos,
contribuyeron a que estos pueblos y estos parajes sean como son hoy. Gracias a
ellos (con medidas como las que tomaban en los siglos XVII y XVIII limitando el
número de aperos de madera que podía hacer cada año cada
vecino, alegando ser necesaria dicha limitación para "la
conservación de los montes del Concejo"), Espinama, Pido y Las
Ilces aparecen hoy rodeados por grandiosos bosques, de decenas de
hectáreas, de tan gran valor que han sido merecedores de ser incluidos
dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa.
La tierra, que no daba para sustentar a tantas personas como aquí
nacían, obligó a muchos de los espinamenses -y, entre ellos, a
alguno de mis ascendientes- a emigrar a lugares más o menos lejanos,
desde los cuales mantuvieron el amor y el recuerdo de su terruño
espinamense y lo supieron transmitir a sus descendientes.
Sirvan estas páginas para dar a conocer los lugares que tanto amaron.
Si desea hacerme llegar cualquier sugerencia, póngase en contacto conmigo:
Leer el libro de visitas |
Firmar el libro de visitas
|
Página alojada en