CAMPAMENTO INTERNACIONAL DE ALTA MONTAÑA (ÁLIVA, 1964)
Los puertos de Áliva, amplia zona de pastizales situada a unos 1.700 metros de altitud, al pie de los Picos de Europa, acogieron en los primeros días de agosto de 1964 el Campamento Internacional de Alta Montaña organizado por la Sociedad Peñalara para celebrar su 50º aniversario. Allí se reunieron más de seiscientos participantes, pertenecientes a unos 75 clubs de montaña diferentes, incluyendo representantes de Canarias y unos pocos franceses, a los que se debe el carácter de "internacional". Más de doscientas tiendas de campaña se instalaron en las proximidades del Refugio.
El Campamento se inauguró oficialmente el día 3 de agosto a las seis de la tarde. La organización, calificada como "perfecta", había establecido un autobús de línea que llegaba hasta el lugar del campamento. Además, se contaba con servicios de información, correo, cantina, comedor y sanitarios y estaba presente el Grupo de Socorro de Montaña.
El tiempo fue espléndido durante todos los días, si bien en dos de ellos la niebla cayó sbre Áliva. Ello permitió el desarrollo de actividades previstas. Así, instructores de la Escuela Nacional de Alta Montaña mostraron a los menos experimentados técnicas de escalada, socorro y manejo de materiales. Mientras, otros montañeros se dedicaban a alcanzar algunas de las muchas cumbres que los Picos de Europa ponían a su alcance.
Entre las escaladas que se llevaron a cabo por aquellos días estuvo el recorrido entre el Madejuno y el Llambrión realizado por Felix Méndez, Antonio Guerra, Alberto Besga, Javier Burgoa, Ángel Landa y Luis Alejos en siete horas y cuarenta minutos, catalogándolo de IV superior. O la conquista del Naranjo de Bulnes por la vía Schulze realizada por César Pérez de Tudela y Salvador Rivas. Pérez de Tudela, por cierto, escribe en su
Crónica alpina de España. Siglo XX que «efectué misiones de guía con los participantes en el campamento en diversas escaladas por los Picos de Europa».
Peña Vieja, por sus caras S. y S.E. (en ésta algún despiste obligó a realizar vivacs forzados), la Aguja de la Canalona (conquistada por una cordada femenina), la Aguja de Bustamante, Tiro Llago o el pico occidental de Santa Ana fueron otros escenarios donde los montañeros pusieron en práctica sus habilidades, como cuenta Andrés de Régil en un artículo dedicado al Campamento en la
revista Pyrenaica (páginas 41 a 44 en su menú de la izquierda), en el que también recoge su impresión de que hubo muchos que no dejaron el campamento en ningún momento, dedicándose a tomar el sol. En su opinión se debían haber hecho muchas más escaladas de las que se hicieron.
Fueron varios los lebaniegos que contribuyeron al éxito del Campamento. En la noticia publicada por El Diario Montañés se cita expresamente a Ángel Gutiérrez del Río, Francisco Soberón, José Antonio Odriozola y Fonsín Alonso, además de a las autoridades y las gentes lebaniegas.
© Gabino y Elena Santos