LA FONDA DE VICENTE CELIS
En los primeros años del siglo XX, animados por la presencia de los primeros turistas que acuden a los Picos de Europa, se ponen en marcha varios proyectos en la zona de Espinama. Algunos se quedaron en eso, en proyecto, pero otros culminaron con éxito. Entre éstos, figura el del establecimiento de una fonda en Espinama. La inexistencia de fondas en Espinama, Potes y otros lugares era lamentada por el periódico de la época "La Voz de Liébana" cuando se volcaba con los beneficios que el turismo podía reportar a Liébana. Quizás oyendo tales clamores y viendo favorables perspectivas, Vicente Celis se decidió a establecer una en Espinama.
La primera noticia que de ella tenemos es de 1911 y, como todas las que la mencionan por aquellos años, la califica positivamente. Se trata, concretamente, de la referencia que a ella hacen los señores Alvarado y Alba, que realizaban un estudio sobre los quesos de la zona: la catalogan de extraordinaria y apuntan que ya les gustaría a muchas ciudades tenerla allí.
En 1912, en el periódico antes citado se escribe: "
En Espinama encontrarán los escursionistas [sic]
, con la mayor sorpresa, un hospedaje como no pudieran soñar, en casa de nuestro amigo don Vicente Celis, donde nada podrán echar de menos aun los más exigentes, ni en la mesa, ni en el servicio ni en el trato". Si así era sobran comentarios.
Esta fonda fue, casi con toda seguridad, el primer establecimiento de la historia de Espinama que utilizó la publicidad. Un anuncio suyo, el que reproducimos, fue publicado en 1913 en el libro "Liébana y los Picos de Europa" impreso por los responsables del periódico "La Voz de Liébana".
En este mismo libro se dice, al pasar por Espinama, en la descripción del recorrido de Áliva a Potes, lo siguiente:
"
Pocos pasos más allá encontrais dos casitas blancas y nuevas, una a la izquierda y otra a la derecha del camino. Son las últimas del pueblo.
Echad pié a tierra y pedid hospedaje, y no será pequeña vuestra sorpresa al encontrarle como no habiais podido soñarle a 1.000 metros de altura, al pié mismo de los Picos de Europa. La fonda de don Vicente Celis os ofrecerá una mesa bien provista y bien servida y unas habitaciones limpias y bien amuebladas."
Aunque quizás el autor exagere un poco, por aquello de contentar al anunciante, lo que está claro, y contrastado por otras fuentes, es que la Fonda, al menos en aquellos sus primeros años de vida, prestaba un servicio de calidad para la época.
Sin embargo, unos años después, en 1927, un inglés, Edgar Allison Peers, se muestra decepcionado por la Fonda que -dice- no es más que «
una posada limpia pero primitiva, bastante menos aceptable en conjunto que la de Potes y totalmente desprovista de confort». O el inglés era muy exigente o no valoró bien dónde estaba (lejos de la "civilización") o la calidad de la Fonda había realmente desmerecido. Intentaremos localizar otras referencias que puedan sacarnos de la duda.
En todo caso, al menos en sus primeros años, la Fonda de Vicente Celis fue, por tanto, un buen precedente de los actuales establecimientos de hostelería de Espinama.
© Gabino Santos, 2006-2009