CANCIÓN DE CUNA,
por Susana Fontán
Amanece en la aldea, iluminando los picos nevados. Rosa está en la cuadra. El ternero ha nacido esa noche, y la mira con ojos dulces, olisqueando sus manos rudas que ordeñan a la madre recién parida. Huelen a requesón, a miel y a canela, con los que Rosa horneará un bizcocho, pues cada día espera a su hijo, por si volviera…
Huevo y harina, mezcla con mimo, manzana y arándanos, canturreando, una nana inventada: "Duérmete niño, retama y brezo, que te cuida la luna, trébol y nardo, mejillas de amapola, vuelve a mi lado". Pastel adornado con flores violetas de genciana y guirnaldas de madreselva. Se asoma por la ventana para atraerle de vuelta a casa con una canción.
Rosa oye un ruido, la puerta se abre de golpe, y suena la voz esperada del regreso. Entra la alegría en casa, en el alma.
El acebo enrojece, vistiéndose de bayas rojas, relucientes como pequeñas bombillas, alumbrando el camino helado. Nieva suavemente sobre el pueblo humeante de lumbres prendidas en cada hogar.
Súbitamente se abre una pequeña grieta entre las nubes, y un rayo de luna ilumina la ermita. Se oyen las voces de los vecinos que acuden a la Misa de Gallo.
Susana Fontán - Navidad 2013