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NATURALEZA EN EL CONCEJO

La riqueza natural existente en el Concejo de Espinama es extraordinaria. Por ello, parte de su territorio forma parte del Parque Nacional de Picos de Europa, integrándose el resto en la llamada "zona de influencia" del Parque.

Esa riqueza natural se manifiesta, por ejemplo, en la existencia de dos zonas claramente diferenciadas. Por una parte, está la zona de alta montaña, donde la roca y las cumbres de los Picos son dominantes. Es una zona con escasa vegetación, si bien basta la presencia de un poco de tierra en un lugar un poco resguardado de los vientos para que algunas hierbas aparezcan. Son plantas como el llantén de los Alpes o el ranúnculo alpestre. En esta zona, la fauna se reduce a un reducido número de especies, entre las que destaca el rebeco, muy abundante gracias a la Reserva Nacional de Caza creada en 1905. Junto a él, conviene citar a un ave como es la chova piquigualda, y también la piquirroja. Es de destacar también la existencia de una importante colonia de buitres leonados que abarcan un amplio territorio en su búsqueda de la carroña de que se alimentan, así como de águila real.

Por debajo de esa zona de alta montaña y sirviendo de transición a la otra gran zona natural, hay que destacar la existencia de los llamados "puertos", lugares caracterizados por la fina hierba que crece en ellos –destaca el cervuno- y la poca o nula presencia de árboles. En estos puertos pastan, desde mayo hasta octubre, las vacas, yeguas, ovejas y cabras que el Concejo cría en régimen extensivo. Este ganado comparte pasto con los rebecos que aquí bajan a buscar alimento y bebida. Vacas y rebecos conviven sin mayores problemas, no en vano el pasto suele ser abundante –sólo en años de sequía puede escasear algo-.

Los más famosos de estos puertos son los de Áliva que Espinama comparte con los otros concejos del Ayuntamiento de Camaleño. Pero, además de los de Áliva, están los puertos de Salvorón, de La Vega Arriba, de Somo y Bustantivo, de Valdecoro, de Peñalba, etc., puertos numerosos, capaces de mantener un gran número de cabezas y que, en el pasado y hasta no hace muchos años, reportaron al pueblo importantes rentas, al ser objeto algunos de ellos de arrendamiento para su aprovechamiento por los ganados merinos trashumantes de Extremadura o Castilla.

En estos puertos crecen gran número de plantas y hierbas, muchas de las cuales se aprovechaban tradicionalmente para usos medicinales o alimenticios. La más conocida y aprovechada hoy es el llamado "Té del puerto", muy difundido en los establecimientos hosteleros de toda Liébana y consumido frecuentemente acompañando al orujo de Liébana. Pero, además del "té", aquí crecen sanguinaria, orégano, genciana, arándanos, regaliz...

Por debajo de la zona de alta montaña y de los puertos que sirven de transición, está el otro gran ecosistema que presenta la naturaleza en estos términos que no es sino el bosque cantábrico. Miles y miles de árboles conforman los montes del Concejo. Hayedos, en las zonas más umbrías, y robledales, en las más solanas, ocupan miles de metros cuadrados, creando un hábitat de una gran riqueza, tanto faunística como botánica. Junto a los predominantes robles y hayas, descubrimos fresnos, acebos, tejos, chopos (álamos), cerezos, avellanos..., además de numerosos arbustos, helechos, setas, musgos, brezos... Y dentro de este bosque encuentran cobijo especies animales tan variadas y de tanto valor, por su escasez, como el urogallo (Tetrao urogallus) –en vías de extinción, asediados sus cantaderos por las numerosas pistas forestales- o el oso pardo (Ursus arctos) –que pasa por estos montes; no permanece fijo en ellos-. Añádase a ellos, el lobo –también con presencias esporádicas-, ciervos, corzos, venados, jabalíes, zorros, martas, tejones, ardillas, milanos, arrendajos, cuervos, cárabos, comadrejas, luciones, culebras, etc., etc. Para ver algunos de ellos vaya a nuestra "galería de imágenes" . Vea igualmente este vídeo sobre el oso cantábrico.

© Gabino Santos